sábado, 19 de septiembre de 2009

La fuente más pura

Después del valle, mas allá del signo
Que orienta el nido, en el caer del sueño,
Pasando el fondo oscuro de la piedra,
Andando siempre, más allá del cáliz.

Búscala allí, callado y mensajero:
Allí será tu fuente, la indudable.

Y tal vez nada sea: aún tu sombra
Te sigue en latitudes de la sangre.
O quizá el agua canta en tu desvelo
Junto al árbol que sueña sus cristales.

Búscala allí, sereno y mensajero,
Su inicial es de trébol y campanas.

Y no olvides las cosas sin sentido;
La más dura razón es que delires.

Piénsala mas allá de tus asombros
Quizá tu sueño es fiebre y no mensaje.
Llámala con la voz de eterna piedra,
Así como tú esperas que te llamen.

Y déjate llevar por tus bajeles
Por ese mar que digo y que suspiro.
Más allá todavía. Ya sin torres,
Sin puentes, sin corolas, sin presencias.

Ay, la más pura fuente, fuente siempre,
Fuente final, que bendita tú eres!

Y tu oficio es buscarle, sin zozobra.
Limitado y sin limites, seguro.
Pastor del tallo y de las azucenas,
Alquimista en la greda y en la lágrima.

Allí Narciso, allí sustancia amante,
En entero perfil movilizado.

Y allí estará la fuente. No la toques.
Deja que tu desmayo la descubra
Mas allá de las hiedras ejemplares,
En plurales palomas. No la toques.

Pondrás tu pie en el límite sereno
Patria celeste, verde territorio,
Y te verás sin mengua y sin raíces
Y un regresar de pájaros azules.

Vicente Barbieri.

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