viernes, 25 de diciembre de 2009

Canción de Navidad

Canción de Navidad
(Silvio Rodríguez)

El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación.
Y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.

La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.

Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud.
Pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.

Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó,
al que en su cotidiana lucha
me da razones para amarle,
a aquel que nadie le cantó.


(1988)

viernes, 4 de diciembre de 2009

Cierro los ojos

Cierro los ojos
Y aun te veo,
Miro hacia el cielo
Y aun te veo
Y en esas noches de luna llena
Mis ojos desde aquí
Y los tuyos desde alli
Se quedan extasiados
Mirando esa esfera de plata
Y nuestros cuerpos
Los dos
El tuyo y el mio
El tuyo alla
Y el mio aquí
Se bañan con esa
Misma luz plata-.

Noches de luna llena
Noches de misterio
Noches de silencio
De secretos compartidos
De recuerdos amorosos
Noches de luna llena

Hoy ya no estas conmigo
Hoy ya no estas aquí
Pero en las noches de luna llena
misteriosamente
Estamos juntos
Tu alli
Y yo aquí.

Bea Teran y Teran

sábado, 19 de septiembre de 2009

La fuente más pura

Después del valle, mas allá del signo
Que orienta el nido, en el caer del sueño,
Pasando el fondo oscuro de la piedra,
Andando siempre, más allá del cáliz.

Búscala allí, callado y mensajero:
Allí será tu fuente, la indudable.

Y tal vez nada sea: aún tu sombra
Te sigue en latitudes de la sangre.
O quizá el agua canta en tu desvelo
Junto al árbol que sueña sus cristales.

Búscala allí, sereno y mensajero,
Su inicial es de trébol y campanas.

Y no olvides las cosas sin sentido;
La más dura razón es que delires.

Piénsala mas allá de tus asombros
Quizá tu sueño es fiebre y no mensaje.
Llámala con la voz de eterna piedra,
Así como tú esperas que te llamen.

Y déjate llevar por tus bajeles
Por ese mar que digo y que suspiro.
Más allá todavía. Ya sin torres,
Sin puentes, sin corolas, sin presencias.

Ay, la más pura fuente, fuente siempre,
Fuente final, que bendita tú eres!

Y tu oficio es buscarle, sin zozobra.
Limitado y sin limites, seguro.
Pastor del tallo y de las azucenas,
Alquimista en la greda y en la lágrima.

Allí Narciso, allí sustancia amante,
En entero perfil movilizado.

Y allí estará la fuente. No la toques.
Deja que tu desmayo la descubra
Mas allá de las hiedras ejemplares,
En plurales palomas. No la toques.

Pondrás tu pie en el límite sereno
Patria celeste, verde territorio,
Y te verás sin mengua y sin raíces
Y un regresar de pájaros azules.

Vicente Barbieri.

martes, 8 de septiembre de 2009

Si no me hicieran falta tus besos...

No sé por qué te quiero
será que tengo alma de bolero
tú siempre buscas lo que no tengo
te busco en todos y no te encuentro
digo tu nombre cuando no debo.

No sé por qué te quiero
si voy a tientas tú vas sin freno
te me apareces en los espejos
como una sombra de cuerpo entero,
yo me pellizco y no me lo creo.

Si no me hicieran falta tus besos
me tratarías mejor que a un perro
piensa que es libre porque anda suelto
mientras arrastras la soga al cuello.

Querer como te quiero
no va a caber en ningún bolero
te me desbordas dentro del pecho
me robas tantas horas de sueño
me miento tanto que me lo creo.

Si no me hicieran falta tus besos...

Querer como te quiero
no tiene nombre ni documentos
no tiene madre no tiene precio
soy hoja seca que arrastra el tiempo
medio feliz en medio del cielo.


Ana Belén

martes, 25 de agosto de 2009

No es el silencio

No es el silencio,
ni la noche, ni esta casa.
Ningún lugar
Nada en la nada
No es tu nombre
ni mi nombre
ni el nombre del amor.
No.

No faltan ventanas en tu cuarto,
en mi cuarto,
ni el cerrojo en la puerta.
No es tampoco el día ni la noche,
ni tu ausencia o la mía.
No faltaron palabras,
ni dedos, ni caricias.

...apagarse, fluir, caer,
tal vez el viento,
tal vez la llama húmeda,
la vida tal vez, el tiempo o lo que sea...
pero siempre la sola, fría, dolorosa presencia,
de nuestra soledad.

Las muletas

Durante siete años no pude dar un paso.
Cuando fui al gran médico,
me preguntó: "¿Por qué llevas muletas?"
Y yo le dije: "Porque estoy tullido."
"No es extraño", me dijo.
"Prueba a caminar. Son esos trastos
los que te impiden andar.
¡Anda, atrévete, arrástrate a cuatro patas!"
Riendo como un monstruo,
me quitó mis hermosas muletas,
las rompió en mis espaldas y, sin dejar de reir,
las arrojó al fuego.
Ahora estoy curado. Ando.
Me curó una carcajada.
Tan sólo a veces, cuando veo palos,
camino algo peor por unas horas.

Bertold Brecht

ESTADOS DE ANIMO

ESTADOS DE ANIMO

Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montañas
de cumbres repetidas

unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano

a veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un arbol
con las ultimas hojas

pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones

una laguna verde
inmovil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces

sereno en mi confianza
confiado en que una tarde
te acerques y te mires
te mires al mirarme.

Mario Benedetti.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Un ángel se cuela

Un ángel se cuela en las rendijas de mi vida...se filtra por las grietas...en mis huesos deja la marca de sus alas...siento el dolor de su destino triste...
Ha estado otra vez en mi vida, ...ya lo he tocado...Ahora ha vuelto...repetido y diferente....
El dolor de que se esfume, me acomete.
Su desaparición, me abruma.
Su dolor se hace carne en mí.
Su resistencia, mi lucha.
El ángel que quiero no sé si me quiere como deseo, pero sé que me quiere como puede querer.
Sé que a veces está conmigo y me colma de placer...y otras veces sé, que está conmigo y está a distancia sideral de mí...
No me importa nada que no sea sentirlo cerca, su compañía me hace sentir segura, calma mi temporal de búsqueda de sentidos.
Su lejanía, me produce incertidumbre. Su existencia plenitud.
Sé que un cordón de plata nos une. Mas allá de todo cordón posible y concreto.
Vuelo con él donde las olas rompen furiosas en las piedras negras de mi playa.

Los Nómades

Todos los hombres...en algún momento…

Dejaran atrás esa costumbre de caminar en línea
recta para ir desde sus casas al trabajo y desde el
trabajo a sus amores.
De a poco, aprenderán a caminar en espiral como
los nómades.
Caminar en espiral protege a los nómades de los
tornados y de los granizos.
Cuando la tempestad los sorprende a la
intemperie, se adhieren a la tierra y esperan a que
dejen de volar ramas por el aire.
Cuando todo pasa vuelven a caminar en espiral.
Esta manera de caminar no solo es útil en las
catástrofes sino en cualquier día del año y de la vida.
Les permite mirar los abajo, los arriba y los
costados de todas las cosas, incluidas las flores,
los jarrones, los techos y las mariposas.
Hay otras condiciones básicas para
transformarse en nómades dado
que no sólo caminan en espiral sino que vuelan
por los siete puntos cardinales de espacio.

Ellos se amaron por un tiempo
bajo un mismo ciprés.
Una mañana se despertaron con olor
a eucaliptos en el aire y se dieron
cuenta que hacía demasiado tiempo
que se amaban bajo el mismo ciprés.
Levantaron sus cosas y se fueron a probar el amor
en las latitudes
de otros árboles.
Maravillados
y riéndose de ellos mismos, vieron que el amor
corría
delante de ellos para llegar primero y encontrarlos.

Una vez el amor de dos nómades duró
una lluvia.
Cuando se despidieron, mojados y vivos,
supieron que volverían a amarse
en todas las lluvias por venir
aunque nunca más volvieran a encontrarse.

Los nómades hablan de la muerte con naturalidad. La invitan a sus
conversaciones y no se asustan ni la espantan como a un avispa, si alguna
vez y de improviso, entre palabras que aparentemente hablaban de otra
cosa,
aparecen noticias que la nombran.
Tampoco salen corriendo por los corredores.
La dejan que se instale en las conversaciones y después siguen hablando de
las cosas que estaban hablando. Siguen hablando lo más naturalmente que
puedan.

Ellos también son emergentes de una compleja
red de vínculos y andan por la vida con sus redes
de caricias y de sustos.
Sus redes de arrullos y de historias. De perdones y de olvidos.
A veces se suben a los trapecios de la especie
y andan haciendo pruebas y malabarismos en las
alturas porque saben que si caen, abajo están
las redes.
A veces van con ellas al mar y traen peces de alimentos. Cocinan los
peces
y
los comen y si por
casualidad se tragan una espina, rápidamente
comen miga de pan.
A veces las usan como lechos o vestimentas.
A veces las usan como escenarios y se suben
a ellas y recitan poemas o bailan la música que
anda suelta en el aire.
Hacen muchas otras cosas con sus redes pero
nunca las usan para cazar mariposas.

Los nómades...

Preparan sus miedos
si las noches se hacen negras con negruras
de otros relojes y preparan sus ojos para llorar
si los llantos desparraman sus aguas y empapan
la piel del aire y desbordan las copias de los eucaliptos.

Aman profundamente a sus hijos y los llevan
a pasear bajo las lunas y los sientan
en sus faldas y les cuentan cuentos de
leopardos enamorados.
Cuando los hijos aprenden a caminar los dejan
ir con los leopardos para que ellos les cuenten
los propios cuentos de sus amores.
Llevan a sus hijos a los bosques y a los
océanos para que descubran los sonidos y los
silencios y después escuchan con ellos
la música de esos encuentros.
Cuando sus hijos se hacen grandes y andan con
guitarras o con violines o con tambores,
reconocen desde lejos la música de sus propios
hijos y los acompañan con resonancias
de adentro.

Los nómades...

Se enojan con sus hijos y viceversa,
en medio de tormentas de palabras,
hasta que los hijos soplan arcoiris
en la frente de los padres o viceversa.

Tejen redes para sus hijos
Las tejen con sus manos y con
los movimientos de la sangre.
Tratan de no envolverlos
con las redes.
Ni de taparlos.
Ni de usarlos como mosquiteros.
Las dejan ahí para que los hijos
vayan dándoles el uso de sus
respiraciones.

Todos los hombres son nómades desde el
nacimiento.
Cuando crecen, algunos se hacen sedentarios y
otros no.
Los sedentarios se quedan siempre en un mismo
lugar y ven las cosas siempre desde un mismo punto
de vista. No se mueven de sus lugares ni para mirar
ni para vivir.
en cualquier momento de la vida, un sedentario
puede empezar a ver la vida de otra manera si
aprende las maneras naturales de los nómades.
La transformación de sedentario a nómade
entraña algunos dolores necesarios. Tendrán
que aprender de nuevo casi todas las cosas y
empezaran a llamar a las cosas por otros nombres.

Los nómades...

Visto desde afuera son seres como los de todos los días.
Vistos desde adentro tienen esplendores que iluminan.
Algunos los aman y otros quisieran ponerles insecticida.
Ellos aprendieron a no preocuparse. Ha sido demostrado
históricamente
que
poseen inmunidad a los exterminios.

miércoles, 1 de julio de 2009